La santidad es un concepto central en la fe cristiana que nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con Dios y nuestro papel en el mundo. A través de diversas Escrituras, comprendemos como ministerio que la santidad no es solo un mandato, sino un camino de transformación personal y comunitaria.
De hecho la santidad de Dios es su esencia misma. En Efesios 1:4, se nos recuerda que Dios nos eligió para ser santos. Su naturaleza pura y sin pecado, como se menciona en 1 Samuel 2:2, nos muestra su trascendencia. Esta perfección divina influye en todos sus atributos: su amor, misericordia y justicia son manifestaciones de su pureza. Al igual que en Hebreos 12:14, donde se nos instruye a perseguir la santidad, la comprensión de la naturaleza de Dios nos invita a vivir de acuerdo con su carácter. Continuar Leyendo en Temas Bíblicos
«No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta».
Romanos 12:2